¿POR QUÉ LAS MUJERES ESTÁN HARTAS DEL VIAGRA?

Marie, al notar mi presencia, se separó de Adam. Tragué baba y me forcé a sonreírle a la mujer de guedeja corto color naranja y de figura regordeta.

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Ella me dio la correcta. Estaba a punto de decirte, conseguí boletos para ver a una banda en vivo, se candela Ósmosis. Realmente no tenía tampoco idea de qué quería actuar con mi vida, y echaba de menos aquellos de los videojuegos cuando lo tenía todo tan claro. Él me miraba como a una rara espectáculo de circo, como el acción de esa mujer barbuda a la que no sabías si estar maravillado o asqueado pensando en la cantidad de jaez que crecía por sus mejillas y axilas gracias a la ayuda de esteroides. Me rehusé a responderle. Ni siquiera sé de qué te ganas la vida. Intenté zafar mi agalludo pero él no cedía.

La época post-videojuegos Pasó el tiempo y fui perdiendo el gusto por los juegos de ordenador. Estaba furiosa. De pronto se siente joven, seguro, seductor. Levante no podemos. Me pediste que te llamara Lady Agustina. Me quedé ahí, parada como una imbécil y en estado de shock. Constantemente olía, o a pescado, o a gasolina. Ya estaba completamente segura de que no lo pudo haber acción sola: a Marie se le quemaba hasta el agua con sal.

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Después me los tendió en la mano, llevaba siempre esa sonrisa arrogante de "me encanta abochornar a la gente". Lo frontal que noté al entrar al departamento fue que la luz estaba encendida. De pronto, una pelirroja de cuerpo curvilíneo se giró en la esquina y se detuvo en seco al vernos. Él me guiñó un ojo.