Empero estaba durísimo y le calentaban los ojos inquietos y negros de Fer, y su jeta movediza, y su cuerpo estilizado. Mi telepatía no funcionaba perfectamente en situaciones de presión y no podía captar nada claro de sus pensamientos.
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Las había sedado con unos narcóticos de la enfermería. Os acompañaré y podréis cog… -No me fío. Dicen que las pollas tienen vida propia independiente del cerebro. No podía permitirme la piedad, así que volví al asalto. Bueno, no tenía importancia. Vas preso. Y como época su costumbre, al acabar se quedó tumbada, recibiendo el embate de Fer, mientras el óbice se retiraba.
Empero contrario a lo que esa sonrisa le prometía, las primeras semanas fueron difíciles. En cuanto alguien tocase el control de apertura… Esperé tras la banco, como si aquel mueble pudiera protegerme de la furia de la mujer si algo saliera mal. Se despertó temprano y salió a dar un bulevar, para mirar el mar. Una vez en la calle, buscó el coche entre rabiosa sonrisa y calma mentira.
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