Entonces, le hablo en un lenguaje que nunca antes oyó, le hablo en español, en la lengua en que Díaz Casanueva escribe versos largos, vespertinos; en la misma lengua en que Joaquín Edwards predica el nacionalismo.
Lírica culta y poesía de la canción, aproximaciones y diferencias. Mt 19,; Mc 10,; Ef 5, Pendiente de la suerte, bajada del azar. Las realidades que nos preocupan son desafíos. Yo extiendo mi estera, cierro los ojos y mi sueño se arroja en su extensión con infinito cuidado. Mi boca se quedó sin habla, mis luceros lloraron de rabia y dolor; ella muy suelta de cuerpo, apoyada en su nuevo amor. Las luces de Hong Kong tiemblan, colocadas en su auditorio de cerros.
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Aun me animo a oler tu perfume y no perder el control de mi mente, quedando obnubilado y perdido, en el laberinto de la mente. Dos viejos marchan con la cabeza erguida, su mirada de candela es altanera, y los pilletes semidesnudos sonríen con soltura, sin petición, sin aire de beneficencia. Cuantas noches me dormí en sus brazos, con el galga de sirena en mis oídos. En ese contexto, el abstracto matrimonial, con un compromiso de exclusividad y de estabilidad, termina siendo arrasado por las conveniencias circunstanciales o por los caprichos de la sensibilidad. Lc 10,38 y con la familia de Pedro cf. La palabra tiene un valor cualitativo y puede ser usada en cualquiera de estos niveles: 1.
Antologia de Pablo Neruda
Compro uno, en tres rupias, del tamaño de un conejo. En el centro encontramos la galán del padre y de la madre con toda su biografía de amor. Pero como él, ninguno. El matrimonio natural, por lo tanto, se comprende plenamente a la luz de su cumplimiento sacramental: sólo fijando la mirada en Cristo se conoce profundamente la verdad de las relaciones humanas. Antes las mujeres usaban tocado con flores naturales: gladiola, con amapola o amanerado pero ahora ya no lo portan.
¡Armemos juntos el danzón! – Mundo DyGIs
Seguramente palabras de amor. Mis manos quedaron manchadas, ya no saben pedir un ruego, ya no saben pedir perdón, se han vuelto viejas y arrugadas. Esto dificulta la transmisión de la fe de padres a hijos. No hay un hueco, todo lo cubre el follaje broncamente verde, el tronquerío durísimo. Otras veces, hemos presentado un abstracto teológico del matrimonio demasiado general, casi artificiosamente construido, lejano de la situación concreta y de las posibilidades efectivas de las familias reales.
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