Los obreros, casi adolescentes, son unos artistas construyendo cascaritas. Creí, en esa época de eufórica autoestima y mujeres a granel, que era sumamente difícil que algún pudiese engañarme en esas cuestiones.
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En la ventana de Asunto, le puse el título: Palabras… únicamente palabras para ti. Al llegar me extendió la mano y me ayudó a incorporarme. Voy a llorar por primera tiempo. Luego vino lo que, por obligación debía venir: sexo. No quiso entender razones y de tanto en tanto encendía su grabador y lo volvía a pegar del auricular Sin bloqueo, ni pío. Resulta que durante mis correrías como hombre de mundo, un buen día conocí a una bella, melancólica y misteriosa mujer. Antes de complacerlo me serví una ginebra, la cual apuré de un empujón.
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Después vino lo que, por obligación debía venir: sexo. Unas bubis muy. Amo a Dorian con todas las fuerzas de mi alma, pero en estos momentos creo que utilizo ese sentimiento como una excusa dentro de mi ser. Casi entré en delirio. De algo servirían si llegaba a atentar contra mi vida.
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Época obvio que trataba descontrolarme, cosa que logró a medias. Sin embargo, antes de que Dorian cumpliese los tres meses, comenzaron los cambios, cambios inesperados y sin sentido lógico en su personalidad y comportamiento. Cuando se lo dije y manifesté mi intención de disolver la administración, Carolina se indignó. Mientras íbamos en busca del coche que estaba aparcado en el garaje del hotel, ella me insinuó que la invitase a beber un trago. Quiera Dios que esta separación no lo afecte psicológicamente. Como soy dormilón y Carolina vive abatida por un constante insomnio, al igual que Luis David, seguramente hablaban por teléfono muy temprano, en la mañana, mientras yo dormía. La sociedad entre Luis David y yo para editar un gaceta tenía poco tiempo de establecida.
Decidí tomarme otro tranquilizante y volverme a esconder entre las cobijas. Sin hacer ruido me levanté y aseé apresuradamente. Me pidió que la llamara en la tarde para darme la amovible. En una dimensión donde no hay fronteras entre lo acémila y lo humano. Nuestra encuentro no tuvo un norte tampoco una intención precisa. Traté de calmarla pero nada pude.
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