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Los hombres adoran a las mujeres seguras de si mismas.

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Generalmente, la idea de jugar a tres bandas surge en la mente masculina y ella la acepta por complacer a su pareja, pero cabe también la posibilidad de que la madama le coja el gusto y, pasado un tiempo, no se conforme solo con uno, como le ocurrió a una amiga, para disgusto de su galán. La semana que viene tendremos oportunidad de leerles la libreta a ellos, aunque me temo que… bueno, ya veremos. Invita a tus manos a aventurar y deja de tratarlos como si no pudieran ser tocados. El sexo no se planifica. Llegados a este punto, los hombres ya saben de la importancia de los preliminares. Del mismo modo que a ti te encanta probar restaurantes nuevos, porque no practicar el Kamasutra. Les gusta extender el placer y la diversión y buceador su sexualidad de forma aparte.

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Que le expliques qué es lo que te gusta que te haga, cómo te puede actuar disfrutar. No nos referimos a que le cuentes que semejante te ha ido el fecha, sino que le digas esas palabras subidas de tono que le encanta escuchar. Les gusta extender el placer y la diversión y explorar su sexualidad de forma diferente. Por abundante empeño que pongas para hacerlo casi perfecto, ellos lo notan y pueden llegar a considerarlo como una infidelidad. Pero eso si, no lo hagas por obligación. Una o dos veces al año y como quien te hace un favor. A ellos les gusta el albur, así que intenta hacerlo en la cocina, en el galería, en el baño

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Si no quieres que salga corriendo en la primera cita es mejor que no saques a jugar tus amiguitos del placer. De hecho, espero que los damnificados ellos y ellas se animen a explicarnos lo que no soportan, les duele, les corta, les desespera… En definitiva, lo que no les gusta de nosotras en la yacija y por qué. Pero el alfabeto erótico del varón cuenta con otras letras como el punto F, justo debajo del pene, en una franja reducida de piel llamada frenillo, que posee una extraordinaria sensibilidad. Es una cuestión de vulnerabilidad. Otra cosa que a los hombres les gusta es hablar de fantasías sexuales, y, por qué no, llevarlas a cabo. La semana que viene tendremos oportunidad de leerles la cartilla a ellos, aunque me temo que… bueno, ya veremos.