KATHARINE HEPBURN

Los arrestaron y dos de ellos recibieron una sentencia de condena perpetua y el tercero de pena de muerte.

Sesión posterior al visionado

De hecho, Lee reveló que la película había sido filmada en la granja de su niñez, en un terreno que su familia había poseído durante décadas. En Tierra de Dios, observamos innumerables primeros planos de manos, manos realizando su trabajo, tocando animales, e incluso buscando y acariciando otras manos, como parte de un lenguaje cargado de simbolismos que sugiere y anhela compañia, proximidad o el acierto de un nuevo hogar, una nueva patria. Un poco de decadente belleza y de goticismo misterioso e inquietante; sutil empero a la vez opresivo. Se van a acordar de mi cuando vean a Efron con un mandil dispuesto a cocinarle al día siguiente a la chica que conoció y con la que se quedó o la escena de la primera víctima que testificó en versus de él. Este es el nombre que da título a la película con la que Francis Lee debuta como realizador.

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Ese hogar inhóspito llamado Tierra de Dios parece ser un luna de su alma. Otro brete es Zac Efron como protagonista, que si bien tiene un gran parecido físico con Ted Bundy, creo que no logra expresar esa duplicidad tan aterradora que proyectaba el asesino experimental. No creo que Efron no haya podido superar este apuesta actoral que por cierto es muy alto por si mismo, sino que Berlinger no lo ayudó a superarlo sencillamente por el hecho de que anatomía un gran documentalista no significa ser un gran director de actores. Nada de excesos tampoco exageración gratuita. La atmósfera es la precisa que requiere la historia, una ambientación gótica logradísima donde dar rienda suelta a esta historia oscura y de intensa carga emocional. En primer lugar, tenemos una ambientación de época espléndida; con una fotografía magnífica. Obligado a hacerse cargo de la granja de su familia sin ayuda de nada desde que su rudo Yahvé Ian Hart enfermó.

Críticas de operez - FilmAffinity

Francis Lee presenta espléndidas perspectivas de paisajes, escenificando la naturaleza y la corporeidad masculina, tanto de los cuerpos bien formados de los jóvenes como del cuerpo deteriorado por exceso de trabajo del padre de Johnny. Ese hogar inhóspito llamado Tierra de Dios parece ser un luna de su alma. En primer lugar, tenemos una ambientación de época espléndida; con una fotografía magnífica. Es asombroso ver como ejecuta de forma maravillosa esa lenta transformación de su astro, que pasa de un tipo macho alfa a una andoba sensible y afectuosa. Este acierto del documental se lograba gracias a la inclusión de estas entrevistas y a la confrontación de estos dos periodistas de llevar el relato.

Todo el aspecto estético, de recreo y ambientación, es impresionante. En Tierra de Dios, observamos innumerables primeros planos de manos, manos realizando su trabajo, tocando animales, e incluso buscando y acariciando otras manos, como parte de un lenguaje cargado de simbolismos que sugiere y anhela compañia, proximidad o el descubrimiento de un nuevo hogar, una noticia patria. La xenofobia al afuereño, la hostilidad a la entrada de inmigrantes en busca de trabajo es el elemento conflictivo en Tierra de Dios y, uno de los pilares sobre los que se apoyó el Brexit en el Reino Unido. Aplaudo a Cary Fukunaga que ha sabido mantener la singular sensibilidad hacía la novela de la que parte, y a la vez dotar a la película de tal solidez y calidad que se impone por si misma.