Libro su cabeza entre mis manos. Y de mí mucho aparte.
Por Juan Antonio García Borrero
Se lo hago saber. Quiere asustarme. Ignacio Cantero se llama. Eso yo todavía lo estoy descubriendo; recibí la asignatura cine, cuyas clases impartía Jorge Fraga, y una se quedaba fascinada con ese mundo, pero entonces yo no pensaba trabajar en eso.
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De regreso a la celda. No se pierden ni una habla de las de Normando. Las diatribas ya son consuetudinarias en ellos. Hectico tiene malas pulgas y lo ha insultado varias veces. Era un evento Yoruba, aunque no netamente religioso porque allí mezclan la religión con actitudes políticas, o sea, con esa lucha por proteger a la comunidad. Volvía a meridiano. Ella no sabe el nombradía de quien lo escribió empero me contó que lo describe todo.
Cine cubano la pupila insomne
Me calcé y caminé hasta la puerta. Willy Chirino brindó un concierto en nuestro honor y donó el dinero recaudado para ayudar a nuestros familiares. Aun ese momento sólo eres edecán. Urbano Escalona. Su rostro se congestiona. Oigo sus chillidos tenues, asordinados. Yenima escapa entre los barrotes. Es cierto.
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Nosotros hicimos canciones, obritas de auditorio, como ya te expliqué, empero fue ya en el bis año, cuando nos mudaron para la Comunidad La Parra, que estaba en una loma. A Yenima, por si vuelve, le dejé su cena en el pretil. Sigue la luz encendida las veinticuatro horas. Realmente es como para lanzarse a la huelga pero no me parece el momento adecuado, hay que dar tiempo a que las condiciones en la comunidad internacional maduren. Suelen arreglar los diferendos de otro modo. Aconseja a tu mujer.
No volví a verlo. Y gracias a esa institución hice mi primer documental. Las hembras detestan la violencia. Le explico. Ochoa ha encendido una hoguera para espantar los insectos. Enciendo individuo. Llegó el primer descanso, que abrió paso a un guión del Trío Trovarroco. Colao, un recluso viejo, descalzado, sin dientes, enteco, es quien tira del carro.
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Todavía recuerdo la edad de 18 años
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